Los 5 mejores consejos para un buen cepillado de dientes

La hora del cepillado de dientes divide opiniones. Algunos lo ven como una obligación tiránica. Otros, como la oportunidad de que los dientes recuperen esa sedosidad que pierden cuando comemos, tomamos algo o simplemente dejamos que los estragos del día a día les hagan perder glamour. Lo cierto es que un buen cepillado de dientes es la base de la salud bucal. Es la única actividad que podría prevenir que visitemos al dentista más de lo debido; claro, siempre y cuando se realice de forma correcta.

Cuidar de los dientes naturalmente no es tan complicado. El buen cepillado de dientes forma parte de una rutina de cuidado bucal indispensable, sin que su constancia signifique que seamos negligentes con una religiosa visita al dentista, al menos, cada seis meses. Así que pensando en el cuidado de tu dentadura, aquí te traemos cinco consejos que te ayudarán al momento de realizarlo.

Al menos dos veces al día

¿Cómo cuidar los dientes para evitar las caries?
Es indispensable que te cepilles los dientes al menos dos veces al día. Al levantarte y antes de dormir. Por la noche, la boca se convierte en una caja de petri de bacterias, el medio de cultivo ideal para los bichos que destruyen tu dentadura.
Así que es importante que antes de irte a la cama la dejes lo más limpia posible, y que al despertar destruyas ese exceso de bacterias. De esta forma evitarás padecimientos y complicaciones. Este punto es especialmente útil si te estás preguntando cómo cuidar los dientes de los niños.

Escoge un cepillo adecuado

Opta por las variedades de cerdas suaves, con puntas redondeadas y con cabezas pequeñas. Esta última característica es necesaria para que el cepillo pueda alcanzar incluso las áreas más difíciles de tu boca. Y por lo que más quieras, recuerda reemplazar el cepillo máximo cada cuatro meses.

Ojo con la lengua

Por más pulcro que seas al asear la dentadura, si te olvidas de la lengua, las bacterias que causan el mal aliento se reproducirán como hongos en verano.
Pon atención especial sobre este punto especialmente si has consumido café, alcohol, lácteos o si has fumado. Para deshacerte de la placa blanca que se forma sobre la lengua, cepíllala suavemente (pero con firmeza) de atrás para adelante. Algunos cepillos ya cuentan con limpiadores de lengua. También existen algunos productos especializados que contienen una especie de “espátula” que te ayudará a remover la suciedad.

El hilo dental es tu amigo

Ya vimos que el cepillado de dentadura y lengua es vital para promover la salud bucal. Sin embargo, el hilo dental es una herramienta que no puede faltar en tu ritual de cepillado.
El hilo dental alcanza esos rincones a los que ni el cepillo es capaz de llegar. Pon especial atención a las uniones entre piezas dentales y a las orillas de las encías. La acumulación no deseada de placa en las encías podría provocarte problemas desagradables, como gingivitis, una enfermedad que produce inflamación y sangrado de las encías. No te asustes si al principio ves un poco de sangre: es normal. Tus encías se acostumbrarán poco a poco a la limpieza con hilo.

Las mejillas

Pocas personas saben que las mejillas también deben de cepillarse, aunque no con la misma intensidad que la dentadura. El tejido poroso de las mejillas las convierte en un espacio deseado por los asentamientos de bacterias. Cepíllalas con delicadeza, de adentro hacia afuera, para limpiarlas.

Practíca estas recomendaciones para el cuidado de los dientes y observa cómo, paulatinamente, tu salud bucal mejora. Y recuerda realizarte una limpieza dental a profundidad, al menos cada seis meses, con tu dentista de cabecera. Esto ayudará a identificar a tiempo diversos problemas que pudieran causarte complicaciones posteriores, tales como caries, infecciones e incluso la pérdida de piezas dentales.

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